Siempre tendré que agradecer a mi amigo David la confianza que deposita en mis montajes. Cuando empezaba a tomarme en serio este mundillo, David estaba forjando su gran historia de amor, de la que gracias a Dios fui testigo. Se encargó de grabar todos aquellos viajes a Cuba, estaba rodando la gran película de su vida y yo tuve la suerte de ser el montador.
El primer video fue un reto importante pues me enfrentaba a varias cintas de material, unas tres horas, de las que obtuve un resultado de unos cincuenta minutos. Pasé varias semanas montando y estaba muy preocupado de que aquello saliera bien, nunca habia hecho un montaje tan largo y temía que no supiera hacerlo. La verdad es que cuando lo vi en mi Dvd se me pasó volando, y cuando lo vi con ellos me sentí muy feliz.
Conté la historia de forma lineal, insertando pequeñas secuencias de imágenes con música en determinados momentos del video para hacerlo más ameno y a la vez me sirvieran de transición a otros escenarios. Aquí os voy a dejar tres de esos videos. Espero que os gusten.
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“Para mí, la película perfecta es como si se desarrollara detrás de tus ojos y tus ojos la proyectasen, de modo que vieras lo que deseabas ver. El cine es como el pensamiento. Es el arte más cercano al proceso de pensar. Mira esa lámpara al otro lado de la habitación. Ahora mírame de nuevo a mí. ¿Ves lo que has hecho? Has parpadeado. Eso son cortes. Tras la primera mirada, sabes que no hay motivo para hacer continuadamente todo el recorrido entre la lámpara y yo, porque ya conoces lo que hay en medio” .
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