Esta mañana he tenido uno de esos momentos mágicos que vienen de vez en cuando y en los que te preguntas si eres muy sensible o es que te has vuelto jilipoyas...
Me dirigía a recoger unos papeles de un cliente que tiene ubicado su despacho en la calle Hernán Cortés, en un tercero. Ya por el final de la calle Bocas me empezó a llegar el sonido de la música clásica... justo enfrente del portal de mi cliente había tres de estos músicos de Europa del este que nos deleitan con su arte por las calles huervanas. Lo cierto es que la puerta del portal se encontraba abierta y la música se colaba en todo el edificio. Cuando me bajé del ascensor en el tercer piso me quedé unos segundos parado, escuchando la melodía que, gracias al portal abierto, llegaba hasta arriba.
Cuando bajaba las escaleras del portal hacia la calle veía a los músicos tocar sus instrumentos musicales a la vez que el eco del edificio hacía más bella la música. La magia se rompió cuando me encaminaba de vuelta hacia la calle bocas y, aún escuchando la música a lo lejos, otro sonido me devolvió a la cruda realidad: " es que toñi tu también ere mu poco previzora, po haberte comprao tu la tela y te la corta en tu casa", exclamó una maruja que salía de una tienda.
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“Para mí, la película perfecta es como si se desarrollara detrás de tus ojos y tus ojos la proyectasen, de modo que vieras lo que deseabas ver. El cine es como el pensamiento. Es el arte más cercano al proceso de pensar. Mira esa lámpara al otro lado de la habitación. Ahora mírame de nuevo a mí. ¿Ves lo que has hecho? Has parpadeado. Eso son cortes. Tras la primera mirada, sabes que no hay motivo para hacer continuadamente todo el recorrido entre la lámpara y yo, porque ya conoces lo que hay en medio” .
1 comentario:
hola chupi has cambido la fuente de la pagina
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